Reloj de bolsillo digital muy inusual con motivos egipcios, que perteneció al Profesor Dr. Sigmund Freud (1856 – 1939).

Catalogación Referencia: MIARB Nº 585 JDBC.

Siglo XIX, circa 1880.

Se trata de un reloj de bolsillo muy inusual:

En primer lugar, porque es un reloj digital provisto de dos ventanas en su esfera. La primera alberga la doble indicación horaria que nos la da en todo momento digitalmente y con números arábigos, es decir, desprovisto de agujas para las horas. En esmalte rojo, de 1 de la noche a 12h del mediodía y en esmalte negro de 13 horas del mediodía a 24h de la noche. En la segunda ventana, situada a las 6h, nos indica también los minutos, en caracteres arábigos y esmalte de color negro montados también sobre unos discos rotatorios dispuestos al efecto. El segundero en esta ocasión está también fijo y también a las 6 horas, provisto de pequeña esfera y aguja en latón dorado.

En segundo lugar, porque tiene una muy inusual decoración con motivos egipcios muy trabajados en toda su caja, tanto en el bisel como en la tapa posterior, lo cual despertó sin duda el interés del Profesor Dr. Sigmund Freud, que lo compró al dueño del mismo, un experto en antigüedades egipcias, del que el Profesor era cliente y que lo lucía en su propio chaleco. El Dr. Freud frecuentaba muchos anticuarios en Vienne para adquirir nuevas piezas para sus colecciones de arte egipcio, romano, sirio y etrusco que tanto le apasionaban, sin olvidar otros objetos que llamaban su atención como fue el caso de este reloj que representaba en su caja lo que él coleccionaba.

En tercer lugar, porque este reloj es un regalo de los muchos que S. Freud, científico y padre del psicoanálisis, hizo a su sobrino, el Dr. Bernays Freud, científico, empresario y padre de las relaciones públicas y con quien el Dr. Barquero trabajó en EEUU durante años. La madre de Bernays era Anna Freud, hermana de S. Freud y la hermana del padre del Dr. Bernays estaba casada con S. Freud.

El Dr. Bernays y su madre, Anna Freud, hermana de Sigmund Freud, autora del libro Erlebtes (Recuerdos).

               El Dr. Bernays y su familia.

Es importante resaltar el porqué de este regalo del Dr. Freud al Dr. Bernays. Toda la historia se remonta a la I Guerra Mundial (1914-1918), cuando Bernays desterró el reloj de bolsillo popularizando el de pulsera con una campaña mediática de relaciones públicas sin precedentes, cuyo objetivo era vender a los hombres relojes de pulsera, sólo utilizados hasta entonces por las mujeres. Con posterioridad, Bernays le regaló este mismo reloj de bolsillo a su discípulo, el Dr. Barquero, durante su visita a Barcelona, España, en el año 1990, durante la fiesta de su 100 cumpleaños que le organizó el Dr. Barquero en el Palacio de Pedralbes. Durante este mismo viaje el Dr. Bernays presentó el primer libro del Dr. Barquero titulado “Relaciones Públicas”, del que el propio Bernays realizó la introducción. Barquero trabajó con Bernays desde 1989 hasta el fallecimiento de su Maestro, en el año 1995.

El Dr. Bernays soplando la gran vela de la tarta de aniversario rodeado de los invitados.

El Dr. Bernays es felicitado por los asistentes a su fiesta de cumpleaños. Entre ellos, el Dr. Barquero.

El Dr. Bernays y el Dr. Barquero.

El Dr. Barquero y el Dr. Bernays.

Durante el transcurso de la fiesta de presentación del libro del Dr. Barquero y a su vez fiesta de cumpleaños del Dr. Bernays, éste le dijo a Barquero públicamente, tras soplar la gran vela de su tarta, que le hacía ilusión que él tuviese su reloj porque conocía el amor que tenía por los relojes y antigüedades. Ese mismo día le explicó que su tío mantuvo este reloj durante años en un cajón de su mesa del despacho que tenía en el número 19 de la calle Berggosse, en Vienne, y luego se lo regaló a Bernays.

En cuanto a la relación de Bernays con Barquero, una vez Barquero abandona EEUU y regresa a España, se mantuvo por carta. Su correspondencia está documentada en la Library of Congress de Washington, EEUU, por el Profesor Dr. Ryan Reft, quien ha catalogado unas cincuenta cartas escritas y enviadas entre ambos profesores y amigos.

Detalles técnicos del reloj:

En cuanto a la catalogación de este reloj, se trata de un ejemplar de estilo lepine de grandes dimensiones con indicadores horarios digitales y segundero provisto de aguja a las 6 horas. La esfera está decorada con motivos vegetales y florales en relieve. El bisel está decorado con motivos egipcios. La tapa posterior está bellamente decorada con motivos egipcios repujados sobre fondo pavonado oscuro.

Dispone de placa de características para proteger la maquinaria.

Dispone también de corona ranurada, colgante y anilla de supensión a las 12 horas, así como de pulsador para cambio horario a las 11 horas.

El escape de cilindro fue inventado por el maestro relojero Graham, en el año 1720. Supuso una mejora substancial con respecto al escape de rueda catalina, y en su última época el de cilindro es coetáneo con el de áncora.

El cilindro tiene forma de diminuto tubito de acero bruñido y provisto de una hendidura o muesca en la que penetran los dientes de la rueda, estando los dos extremos del cilindro cerrados por dos taponcitos de acero.

Por considerarlo de interés, explicamos el CV del Dr. Sigmund Freud, del Dr. Edward L. Bernays y del Dr. José Daniel Barquero.

Profesor Dr. Sigmund Freud

Sigmund Freud nació en Freiberg, en la antigua Moravia (hoy República Checa) el 6 de mayo de 1856 y murió el 23 de septiembre de 1939 en Londres, víctima de un cáncer de mandíbula. Fue un médico neurólogo de origen judío. Su interés científico inicial como investigador se centró en el campo de la neurología, derivando más tarde hacia la psicología de las afecciones mentales. En París estudió con el neurólogo francés Jean-Martin Charcot las aplicaciones de la hipnosis en el tratamiento de la histeria. De vuelta a Viena y en colaboración con Josef Breuer desarrolló el método catártico por la asociación libre y la interpretación de los sueños.

Todo ello se convirtió en la base donde en los albores del siglo XX, Freud sentaría las bases del psicoanálisis, un novedoso enfoque sobre la psique humana que era tanto una teoría de la personalidad como un método de tratamiento para pacientes con trastornos. Su principal contribución sería su concepto del inconsciente.

(www.biografiasyvidas.com, www.wikipedia.org)

 

Profesor Dr. Edward Louis Bernays

Nació el 22 de noviembre de 1891 en Viena, Austria y murió el 9 de marzo de 1995 en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos. Fue un académico y científico dedicado a la investigación de las Ciencias Sociales. Fruto de su trabajo como consultor, crea y define la profesión de Relaciones Públicas, dándoles un cuerpo académico, técnico y práctico. Siendo en el año 1923 el primero en publicar un libro de Relaciones Públicas e impartir una clase sobre dicha disciplina en la Universidad de Nueva York. Con él nace una profesión especializada en comprender a los públicos e interpretar a los clientes, para poder persuadirlos beneficiándose ambas partes.

Como consultor fue definido por la revista LIFE  como una de las personas más influyentes del siglo XX. Asesoró a clientes como Presidentes de EEUU, tales como Coolidge, Wilson, Hoover y Eisenhower; empresarios como Rockefeller, Edison, Ford, empresas de primer orden del sector del petróleo, construcción, joyería, armamento. Dirigió importantes campañas para gobiernos de distintos países. Rechazó trabajar para Franco, Hitler y Somoza.

Académicamente se graduó como ingeniero en Cornell University y fue galardonado con el título de Doctor por distintas universidades del mundo, las cuales reconocen sus aportes a esta disciplina científica, las Relaciones Públicas.

Autor de 20 libros y más de 1.500 artículos, sus aportes son referencia internacional y ejercen influencia en todas las áreas de las comunicaciones, el comercio, la industria, la educación, la cultura y la política.

(‘Nuevas fronteras de las Relaciones Públicas. El poder de cambiar cualquier cosa. El arte de persuadir la opinión pública’. Bernays Freud, E. L.; Barquero Cabero, J.D.; Barquero Cabrero, M).

Profesor Dr. José Daniel Barquero

Nació en Barcelona el 13 de julio de 1966, académico e investigador entregado a la ciencia, que ha sido galardonado por sus aportes y modelos en las áreas de las Ciencias Económicas y sociales, con el título de doctor honoris causa por  universidades de América, Europa, Asia y África.

Se doctoró con sobresaliente cum laude en las áreas de Ciencias Económicas, Ciencias Jurídicas y Ciencias Sociales por tres universidades: la Universitat Internacional de Catalunya, en Barcelona; la Universidad Camilo José Cela, en Madrid, y la Universidad Autónoma de Coahuila, en México.

En la actualidad, es director general de la ESERP Business & Law School de Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca; Presidente honorífico del Consejo Superior Europeo de Doctores; académico de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras de España; académico de la Real Academia Europea de Doctores, así como académico de la ilustre Academia Iberoamericana de Doctores, instituciones todas de las que forman parte numerosos premios Nobel.

A nivel internacional, ha investigado y trabajado en Estados Unidos con el profesor doctor  Edward L. Bernays Freud (asesor de presidentes de Estados Unidos y de la Casa Blanca) y, en el Reino Unido, con el profesor doctor Sir Sam Black (asesor de S. M. la Reina de Inglaterra y de significativas empresas británicas), con quienes ha publicado el resultado de sus investigaciones en editoriales como Deusto, McGraw-Hill y Planeta.

Sus investigaciones han sido publicadas en más de cuarenta libros. Los más recientes han sido publicados en siete países: Cómo mantener fidelizar y conseguir nuevos clientes, España (McGraw-Hill); How to Avoid the Clash of Cultures and Civilizations, el Reino Unido (Staffordshire University); Relaciones Públicas Empresariales, Federación Rusa (Ediciones Dielo); 20 competencias profesionales para la práctica docente, México (Editorial Trillas); Economy and Society, Azerbaiyán y Estados Unidos (Editorial ESERP) O libro de Ouro das Relaçoes Públicas, Portugal (Porto Editora), y Manual de Banca y Finanzas, España (Planeta).

 

Suiza se incorporó relativamente tarde a la producción relojera, aunque con anterioridad tuvo eminentes artífices que hubieron de realizar su obra en la emigración, como es el caso de Jost Burgui, en el siglo XVII. Curiosamente la paulatina implantación de este arte en el país helvético se produce como si fuese causa de un desplazamiento de la actividad de un país a otro. Las manufacturas se fueron instalando originariamente en el cantón de Neuchatel, por su proximidad a la ciudad libre de Ginebra, que llegó a saturarse con motivo de la expulsión de los hugonotes de Francia.

En 1541, el reformador Jean Calvin (Calvino) que era entonces alcalde de la Villa, prohibió totalmente la confección de joyas religiosas y civiles. Poco después, el Reglamento de los Orfebres de la Villa, de 1556, fue redactado de tal forma que condenó de hecho a desaparecer a estos artesanos, de los que había abundantes y muy competentes en Ginebra.

 Pero en la misma época, refugiados extranjeros, expulsados de su país por causa de la Reforma, llegaron de Francia, de Flandes y de Italia, y se refugiaron en Ginebra, la villa de Calvino. Como entre ellos hubo relojeros y las ideas nuevas se acompañan de oficios nuevos, fueron los iniciadores de los artesanos ginebrinos que encontraron en la confección del reloj un nuevo campo de trabajo adecuado para reemplazar su antiguo oficio.

 Desde entonces, la relojería se destaca rápidamente de las otras artes ornamentales para llegar a ser una profesión nueva e independiente. A fines de siglo, Ginebra ha adquirido una reputación de excelencia en este campo. Al aumentar en número sin cesar, los relojeros deciden agruparse y reglamentar su profesión. En 1601 la “Maîtrise des horlogèrs de Genéve” será la primera corporación relojera del mundo.

 Con la aparición de los primeros relojes de bolsillo con aguja de minutos, la relojería toma el primer lugar entre las industrias de la ciudad. Antes de finalizar el siglo XVII, la relojería ginebrina es tan floreciente que hace escribir a los historiadores de la Villa: “Ginebra está congestionada de relojeros”. De hecho, son más de 500, situación que obliga a algunos de ellos a emigrar a lugares menos saturados: Nyon, Neuchatel, Berna, Basilea y hasta Ispahan, Pekín, etc.

 Después de su ocasional anexión a ese país, entre 1788 y 1814, Ginebra se incorpora definitivamente a la Confederación en 1815 y a partir de esa fecha todo es ya reloj suizo.

 Nombres como los de Jeanrichard, Jaquet Droz, Ducommun, Perrelet, Courvoissier, Berthoud y Breguet – estos dos últimos triunfadores en París – llenan capítulos interesantísimos de la relojería suiza.

 De todos es conocido el rápido desarrollo de la industria relojera suiza, a partir de la época industrial, y hasta nuestros días, que ha abarcado simultánea y sorprendentemente todos los géneros posibles, todas absolutamente las especialidades, desde la relojería de edificio hasta los más minúsculos cronógrafos de pulsera, y que ha producido y produce obras de altísima calidad y compleja mecánica”.

(texto extraído del libro “Relojes” del maestro relojero Luís Montañés; colección Diccionarios Antiqvaria)

Hoy en día la relojería Suiza es sinónimo de calidad, pero curiosamente el prestigio es reciente ya que Suiza se incorporó tarde a la carrera por la producción relojera. No obstante, a lo largo de su historia han destacado muy importantes e insignes relojeros, como es el caso de Jost Burgui en el siglo XVII.

En sus orígenes, la relojería suiza se instala en el cantón de Neuchatel, ya que está próximo a Ginebra, punto de encuentro de todos los relojeros y orfebres que marchan de Francia al ser hugonotes y fueron expulsados”.

(texto extraído del “Diccionario Enciclopédico Profesional de Alta Relojería”, del Prof. Dr. José Daniel Barquero Cabrero; Furtwagen Editores).